En la lectura de este texto, vemos el reflejo por parte del autor de la idea de que todo se ha inventado, todo se ha descubierto y todo se conoce. A partir de este punto, el autor nos plantea:
"¿Ha llegado todo esto a su fin? ¿Se ha alcanzado un punto en el que puede darse el cambio sin la evolución, en el que los motores de la producción artística sólo consiguen combinar una y otra vez formas conocidas, aunque las presiones externas puedan favorecer esta o aquella combinación? ¿Es que ya no hay una posibilidad histórica de que el arte continúe sorprendiéndonos? ¿No será que la Edad del Arte se ha agotado? ¿No será, como en la asombrosa y melancólica frase de Hegel, que ha envejecido una forma de vida? ¿Es posible que la salvaje efervescencia del mundo del arte en las últimas siete u ocho décadas haya sido la fermentación terminal de algo cuya química histórica requiere todavía una explicación?..."
El arte continúa existiendo, pero está atravesando una época sin avance de ningun tipo. Existe una continuidad en el reconocimiento de elaborar arte, pero la capacidad de emocionar de una forma artística va a acabar por desaparecer.
Hoy en día el arte es un medio de expresión histórico, cultural, de costumbres, etc. La búsqueda de nuevas formas de arte es más abierta que nunca.
